¡1844: El año en que Cristo no regresó!

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Introducción:

El año 1844 se acercaba, y con él, una ola de fervor religioso recorrió Estados Unidos. El predicador William Miller había profetizado la Segunda Venida de Cristo para el 22 de octubre de 1844, dando origen al movimiento conocido como Millerismo.

La profecía de William Miller:

Basándose en su interpretación de la Biblia, Miller calculó que el 22 de octubre de 1844 marcaría el regreso de Cristo y el fin del mundo. Sus prédicas, llenas de fervor y convicción, atrajeron a miles de seguidores que se prepararon para el evento apocalíptico.

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El impacto social del Millerismo:

El Millerismo generó un impacto social significativo. Los seguidores de Miller vendieron sus propiedades, abandonaron sus trabajos y se dedicaron a la oración y la penitencia, esperando la llegada de Cristo. Incluso se construyeron «arcas» para refugiarse del fin del mundo.

El 22 de octubre de 1844 llegó, y Cristo no regresó:

Contrario a la profecía, el 22 de octubre de 1844 amaneció como un día normal. El regreso de Cristo no se produjo, lo que generó un gran desánimo y confusión entre los milleristas. Este evento se conoció como el «Gran Chasco».

Consecuencias y análisis del Gran Chasco:

El fallido regreso de Cristo en 1844 tuvo un impacto profundo en el Millerismo. Muchos seguidores abandonaron el movimiento, mientras que otros buscaron nuevas interpretaciones proféticas. Algunos grupos, como los Adventistas del Séptimo Día, se originaron a partir del Millerismo, reinterpretando la profecía y manteniendo la esperanza en la Segunda Venida de Cristo.

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